martes, 2 de septiembre de 2014

¿Cómo se producen las quemaduras solares?


Termina el verano. Ya no será necesario usar protector solar, a no ser que vayamos a la nieve. El protector solar es un coñazo. El verano a veces también. Sí, sí, ya sé, el mar, la playa.., eso está muy bien, pero achicharrarme bajo el sol como una lagartija, no lo aguanto. Yo prefiero la sombra.

 Todos los de piel pálida sabemos por experiencia propia que la luz del sol nos produce quemaduras. A la larga también puede producir cáncer. Tengo pues motivos para rehuir el sol. Pero ¿cómo se producen estas quemaduras? ¿Y cómo nos protegen los protectores?

 Uno podría pensar que las quemaduras se producen porque la luz del sol nos calienta en exceso y nos quema de igual manera que lo haría el fuego. Pero esto no es así. Si bien la radiación infrarroja, que es la componente de la luz que produce calor, puede calentar la piel hasta 40 grados, no es la responsable de las típicas quemaduras solares que aparecen pasado un tiempo después de la exposición. Si se nos ocurriera la feliz idea de concentrar los rayos de sol con una lupa, entonces sí podríamos tener una buena quemadura por radiación infrarroja.

 Las quemaduras solares son causadas principalmente por la radiación ultravioleta (UV). Ésta radiación se divide en tres tipos, UVA, UVB y UVC, según orden creciente de energía que transportan. Sólo las dos primeras llegan a la tierra, la tercera, que es la más peligrosa, es absorbida por la capa de ozono. Los rayos UVA son conocidos por las cabinas para ponerse moreno y pese a ser los menos energéticos, también se consideran cancerígenos. Los rayos UVB son los principales causantes de las quemaduras solares. Aunque los mecanismos exactos que producen las quemaduras no son conocidos, parece que éstas son una reacción del cuerpo ante el daño que la radiación ultravioleta es capaz de producir en el mismísimo ADN de las células. Ante este daño, que puede generar tumores, el cuerpo sintetiza ciertas encimas y proteínas que aumentan el riego sanguíneo en la zona y excitan los nervios. Esto produce el dolor y enrojecimiento característico de las quemaduras. Las células con ADN dañado pueden llevar a cabo apoptosis (o suicidio celular), lo que pasados unos días crea una capa de células muertas. Entonces es cuando nos "pelamos". Así pues las quemaduras solares no son producto del calor sino que son una defensa y alarma ante las alteraciones que se producen en el ADN y que pueden provocar cáncer.

 Uno de los mecanismos de defensa que también se producen ante la radiación ultravioleta es la generación de melanina. La melanina es un pigmento de color oscuro (nos pone morenos) presente en la piel que absorbe la radiación UV y la convierte en energía calorífica, evitando así su potencial dañino.  Las cremas solares tienen productos químicos que actúan de forma similar absorbiendo la radiación y también portan barreras físicas que consisten en sustancias que la reflejan. Aún así no se evita todo el daño y la mejor forma de estar protegido es evitar la exposición. Así que yo, de momento, me quedo en la sombra.

2 comentarios:

  1. Me ha gustado mucho, sobretodo lo de la apoptosis. Parece increible que mientras estamos tranquilamente tomando el sol, muchas de nuestras células se suicidan por miedo a convertirse en cancerígenas... Que mal rollo!

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  2. ¡Me alegro de que te haya gustado!. A mí lo de la apoptosis me parece un acto heroico, pero es verdad que da miedo.

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