miércoles, 17 de septiembre de 2014

Un universo de la nada



Que todo el universo haya podido surgir de la nada es una idea cautivadora. Eso es precisamente lo que dice el título del último libro del cosmólogo Lawrence M. Krauss. Que un físico como él agregue al título la frase: "¿Por qúe hay algo en vez de nada?", es pura provocación. Krauss dispara al corazón de la metafísica. Esto fue más que  suficiente para que me llevase el libro a casa.

El libro resulta ser un repaso delicioso a las ideas más relevantes de la cosmología moderna. Pero como prometía, es más que eso. Es un ejercicio de honestidad intelectual que trata de abordar algunas de las preguntas aparentemente más profundas que se ha hecho la humanidad. Cuestiones que tradicionalmente han sido abordadas por la filosofía o la religión, pero que ahora, como se describe en el libro, también pueden, y según Krauss deben, ser vistas a la luz de la ciencia.

El estilo de Krauss es directo. Comienza con un excelente prefacio que arranca:

"Para que todo quede claro desde buen principio, debo admitir que no me siento nada próximo a la convicción - en la que se basan todas las religiones del mundo - de que la creación requiere un creador."

Continúa defendiendo el pensamiento científico y que éste es el que se debe emplear para abordar preguntas sobre el mundo natural, como la pregunta sobre qué es la nada. Pero sus intenciones son claras:

"La verdadera inspiración de este libro no procede tanto de una voluntad de disipar mitos o atacar creencias como de mi deseo de celebrar el conocimiento y, junto con éste, el universo verdaderamente asombroso y fascinante que el nuestro ha resultado ser."

Y así es, las ideas expuestas en el libro sobre la naturaleza del universo son sorprendentes. Pasamos del universo estático y eterno consistente únicamente en nuestra querida galaxia, tal y como se creía hace tan sólo cien años, a un universo en expansión con miles de millones de galaxias y que se extiende más allá de donde podemos ver. Y de esta visión pasamos a un multiverso inflacionario en el que como burbujas en un magma van creándose universos. Todo originado por fluctuaciones cuánticas de la nada.

Es sin duda un viaje que expande el universo y también nuestra mente (como señala Richard Dawkins en el postfacio.) Por el camino Krauss nos va hablando de los hitos experimentales sobre los que se apuntalan estas ideas así como de algunos de sus protagonistas. No duda en reconocer el carácter aún especulativo de varias de estas ideas, pero apunta a la importancia de su plausibilidad conforme a los datos hoy conocidos.

Dedica también un capítulo que me ha resultado bastante curioso a hablar de lo que él llama "nuestro deprimente futuro". En él nos indica cual puede ser el futuro de nuestro universo y cómo estamos viviendo en un tiempo propicio para aprender cosas del mismo. Ninguno de nosotros estará allí, y casi seguro ninguno de nuestros descendientes, pero es chulo preguntarse estas cosas. Los astrónomos del futuro no contarán con tanta información como nosotros  al mirar el cielo. La expansión acelerada del universo habrá alejado unas galaxias de otras hasta hacerlas inobservables y la radiación de fondo de microondas se habrá enfriado hasta ser indetectable.

"Un universo de la nada" es un buen libro para aquel que quiera acercarse a la cosmología moderna. En él se pueden aprender cosas no tan conocidas por el público general como qué es inflación. Yo supe de ella hace más de diez años, en un curso de doctorado, y también he disfrutado recordando cosas sobre la misma.
El paradigma inflacionario es un marco teórico genérico que se puede implementar de diferentes maneras, pero que siempre implica un crecimiento exponencial del universo en sus inicios. Es una propuesta que soluciona varios problemas de la cosmología y es ampliamente aceptada. No existen, sin embargo, pruebas directas de que tuviera lugar. Este año la colaboración científica BICEP2 anunció interesantes resultados que podrían ser una señal del período inflacionario, pero podrían también ser debidos a otras causas. Harán falta nuevas observaciones para aclarar este asunto, pero no deja de ser excitante que una evidencia directa de inflación pueda estar a la vuelta de la esquina.

Para acabar me gustaría subrayar un echo sobre la naturaleza de la investigación científica. Pese a que la ciencia va ganando camino, y va dando respuestas a grandes preguntas que antes podían ser fruto de la filosofía o la teología, la metodología de la ciencia no es responder a grandes preguntas sino todo lo contrario. La ciencia trata de dar respuesta a pequeñas preguntas, es después cuando de estas respuestas se saca conocimiento sobre los grandes temas. Muy distinto de lo que ocurre en teología, donde por autoridad se dan respuestas a las grandes cuestiones. En palabras de Galileo, padre de la ciencia moderna:

"Io stimo più il trovar un vero, benchè di cosa leggiera, ch´l disputar lungamente delle massime questioni senza conseguir verità nissuna."

O lo que es lo mismo:

"Yo valoro más encontrar una verdad, aunque sea de la cosa más leve, que discutir largamente de las grandes cuestiones sin conseguir verdad ninguna."   


1 comentario:

  1. ¡Vaya frase más estupenda para acabar el artículo! Muy buenas reflexiones y como siempre, muy informativo. ¡Ya estoy esperando la siguiente entrada!

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